Actores fetiche y musas

Un actor (o actriz) fetiche es una persona que para un director, en algunos periodos de su carrera, se convierte en indispensable, bien porque le considere insuperable, porque le trae suerte, por razones sentimentales (enamoramiento), o por cualquier otro motivo. Muchos directores tienen su actor o actriz favorita (musa), de manera que llegan a depositar de forma intencionada en su alter ego (su otro yo), su pensamiento y comportamiento. He aquí algunos directores famosos y sus actores (actrices) fetiche:

Tim Burton (1958). Su actor preferido es Johnny Depp (1963), y su musa, que fue su pareja, Helena Bonham Carter (1966). Con el actor filmó Eduardo Manostijeras (1990), Ed Wood (1994) y Sleepy Hollow (1999). Con la actriz realizó El planeta de los simios (2001) y Big Fish (2003). Con ambos intérpretes rodó Charlie y la fábrica de chocolate (2005), Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet (2007), Alicia en el país de las maravillas (2010) y Sombras tenebrosas (2012).

Roberto Rosellini (1906-1977) vivió un romance adúltero con Ingrid Bergman (1915-1982). Director y actriz trabajaron juntos en: Stromboli (1950), Europa ´51 (1952), Nosotras las mujeres (1953), Te querré siempre (1954), Juana de Arco en la hoguera (1954) y Ya no creo en el amor (1954).

Joel Coen (1954) junto con su hermano Ethan (1957), (los Hermanos Coen), son guionistas, montadores y directores, de sus propias películas. Su actriz fetiche, compañera sentimental de Joel en la vida real, es Frances McDormand (1957). Bajo la dirección de los Coen intervino en los films siguientes, considerados como ejemplos típicos de la comedia negra: Sangre fácil (1984), Arizona baby (1987), Muerte entre las flores (1990), Fargo (1996), El hombre que nunca estuvo allí (2001) y  Quemar después de leer (2008).

Pedro Almodóvar (1949), quizá el director español con mayor proyección internacional, ha dirigido a numerosas actrices, que en su momento, fueron su preferida. Así, a Carmen Maura (1945): Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón (1980), Entre tinieblas (1983), ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), La ley del deseo (1987) y Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), entre otras. Con Victoria Abril (1959) realizó: ¡Átame! (1989), Tacones lejanos (1991) y Kika (1993). Con Penélope Cruz (1974): Carne trémula (1997), Todo sobre mi madre (1998), Volver (2006), Los abrazos rotos (2009) y Los amantes pasajeros (2013).

Richard Quine (1920-1989) enamorado de Kim Novak (1933), la dirigió en: La casa nº 322 (1954), Me enamoré de una bruja (1958), Un extraño en mi vida (1960) y La misteriosa dama de negro (1962).

Roman Polanski (1933) ha dirigido a Emmanuelle Seigner (1966), su mujer en la vida real, en: Frenético (1988), Lunas de hiel (1992), La novena puerta (1999), La Venus de las pieles (2013) y Basada en hechos reales (2017).

Para los realizadores Carol Reed (1906-1976) y David Lean (1908-1991), su actor favorito fue Trevor Howard (1913-1988). Con el primero intervino en los films: Hacia adelante (1944), El tercer hombre (1949), El desterrado de las islas (1951) y La llave (1958). Con el segundo, en: Breve encuentro (1945), Amigos apasionados (1949) y La hija de Ryan (1970).

El director sueco Ingmar Bergman (1918-2007) tuvo como musa y compañera (con la que tuvo una hija) a la actriz sueca Liv Ullmann (1938). Con ella realizó nada menos que 10 películas: Persona (1966), La hora del lobo (1968), La vergüenza (1968), Pasión (1969), Gritos y susurros (1972), Secretos de un matrimonio (1973), Cara a cara (1976), El huevo de la serpiente (1077), Sonata de otoño (1978) y Zarabanda (2003).

La risa (y III)

Todo esto, guste o no, es Teología pura. Solo los teólogos saben todo sobre lo que nadie sabe (lo que su dios quiere y por qué). Son los únicos que pueden hablar incluso de lo que decía Wittgenstein que no se puede. Saben que hay nueve clases de ángeles o que Dios ama a los hombres de un modo muy distinto a como ama a los animales. Esto es ciencia. Lo demás son bagatelas. Todavía hoy algunas universidades británicas y americanas tienen doctorados en ´Divinity´. ¡Directamente!

No sé el tiempo que tendremos que esperar para que el hombre sea capaz de reírse incluso de todo cuanto le sale mal (sea suyo o de otros), en vez de sumirse en una eterna depresión, o de reaccionar violentamente porque el culpable es otro. Ya sabemos desde Epicuro que los dioses (como otras fantasmagorías) pueden crear problemas, pero casi nunca solucionarlos. Sin embargo, miles de años después de conocer su existencia, ciertos dioses siguen justificando el asesinato y el martirio. No niego que sea cultura, pero ya es hora de cambiar de cultivo, vistos los frutos. O, al menos, fumigar con algo más de eficacia.

Ya en el Derecho Romano se habla de animus jocandi (o jocandi causa) para indicar que se puede actuar sólo con intención de bromear. De este modo se evita el delito y el compromiso formal. Es como si en una clase el profesor dice: “El día que escuchen lo que les explico, les pago 20 euros a cada uno…”. En el ámbito penal, las injurias y calumnias necesitan ser realizadas en forma dolosa, por tanto el animus jocandi eximiría de responsabilidad penal, al no existir delito, por no haberse realizado con intención humorística. Como se puede comprobar, el Derecho Romano es demasiado moderno para alguna gente.

Volviendo al antes citado Cátulo, la risa debe ser oportuna. No se debe reír nadie de las personas, sino de los dichos o las acciones. Cuando un payaso hace reír, nadie se ríe de él, a no ser que el payaso sea tonto y el público necio. La gente se ríe gracias a él, pero siempre de su payasismo, nunca de la persona que hace el payaso.

Uno de los pocos sitios de la Biblia donde aparece la palabra risa es el Génesis (capítulos 17 y 18), cuando Sara cree que Dios les ha gastado una broma al profetizarle a Abraham que iban a ser padres, siendo él de 100 años y ella de 90. Y si Dios cuenta un chiste, sería irreverente no reírselo. Sin embargo, pronto pudo comprobar Sara que Dios no estaba de broma, al reprocharle la risa, porque le dijo a Abraham: “¿Por qué se ríe Sara? ¿No cree que puede tener un hijo a pesar de su edad? ¿Hay acaso algo tan difícil que el Señor no pueda hacerlo? El año próximo volveré a visitarte, y para entonces Sara tendrá un hijo. Al escuchar esto, Sara tuvo miedo y quiso negar. Por eso dijo: “Yo no me estaba riendo”. Pero el Señor le contestó: “Yo sé que te reíste”.

Nadie puede negar que es  gracioso ver a Sara y a Dios discutiendo. Aunque parece que, al final,  ninguno de los dos aceptó las aparente hilaridad de la escena.

Del libro ´SABOR Y SABER. Conversaciones sobre el mantel, de Juan Verde Asorey, Víctor Manuel Casco Ruiz y Valentín Domínguez Cerrillo. Ilustraciones de Manuel Malillos Rodríguez.

ALBAC

ALBAC (Asociación Leonesa Bielorrusa Afectados Chernóbil)  nació en León hace años, con el objetivo de ayudar a los afectados por la catástrofe de Chernóbil (1986):  menores, jóvenes y sus familias.

Esta asociación  ha organizado una serie de actividades para los niños de Chernóbil y sus familias de acogida en León, entre ellas una visita a Riaño. Para ello han contado con la colaboración del Ayuntamiento de esta localidad, pudiendo conocer y disfrutar del camping, la piscina,  y realizar actividades en la panadería, la quesería, fábrica de embutidos, supermercados, etc.

Con objeto de unirse a este hermoso proyecto, la localidad leonesa de San Cipriano de Rueda recabó la colaboración de todos aquellos artistas que de manera altruista, pudieran aportar sus obras y que el beneficio económico obtenido sirviera para ayudar en esta noble causa.

Mi colaboración consistió en la cesión de dos acuarelas:

Una viña extremeña (17×23)

Paisaje inglés (12×19)

Deseamos los mayores éxitos a ALBAC, que contribuyan a paliar en parte, el sufrimiento de las personas que soportaron una de las mayores catástrofes nucleares de la historia, solo comparable a la que tuvo lugar en Fukushima, Japón(2011).