“Nos querían matar e comer nuestras carnes, que ya tenían aparejadas las ollas, con sal e ají e tomates” (Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Bernal Díaz del Castillo. Ed. Real Academia Española. La cita, en el capítulo LXXXIII). Bernal Díaz del Castillo tardó 16 años en escribir su crónica sobre la conquista de la Nueva España, y con setenta y tres años, en 1568, por fin, pudo enviar su copia manuscrita al Consejo de Indias, buscando justicia para con las penalidades y aventuras que vivieron él y sus compañeros de armas. No obstante, aún seguiría puliendo su historia durante 10 años más, casi hasta su muerte, en 1584. A Díaz del Castillo le debemos la primera mención del tomate en castellano.
Preocupado por escapar de los caníbales es más que probable que no dedicase ni un segundo de reflexión a lo exquisito del guiso que le proponían: carne con tomate, sal y el ají, una especie de pimienta muy picante o tal vez otra forma de denominar al chilli (hoy, chili). Nosotros, por el contrario, afectos a los placeres de la cocina, no podemos dejar de admirarnos por lo adecuado de la receta. Tomate, sal y especias. Con solo eso podemos saciar nuestro apetito de sabores y no hay paladar que no quede satisfecho. Y si encima le añadimos carne…
…La tomatera, una planta solanácea, posee hojas y tallos que contienen glicoalcaloides tóxicos, por lo que durante bastante tiempo se pensó que también el fruto, el tomate, no era comestible. En la clasificación de Linneo se le asignó el nombre de Solanum Lycopersicum, lobo persa, una referencia doble a la llamada manzana persa (el melocotón) y al mito del hombre lobo, pues la leyenda sostenía que los brujos podían lograr transformarse en ese animal consumiendo belladona, cuyo fruto podía asemejarse vagamente a nuestro tomate en miniatura…
…El primer europeo que se topó con el fruto debió de ser Hernán Cortés, tras la toma de la ciudad azteca de Tenochtitlán en 1521, pues estaba plenamente asentado en la dieta nahuatl. Bernardino de Sahagún contaba en sus crónicas sobre las costumbres de los habitantes del Nuevo Mundo que en los mercados se vendían distintas variedades: gruesos, menudillos, amarillos, colorados, maduros… (Historia general de las cosas de Nueva España. Libro X: del pueblo, sus virtudes y sus vicios. Bernardino de Sahagún)…
Del libro ´SABOR Y SABER. Conversaciones sobre el mantel´, de Juan Verde Asorey, Víctor Manuel Casco Ruiz y Valentín Domínguez Cerrillo. Ilustraciones de Manuel Malillos Rodríguez.